Los primeros pobladores pasaron desapercibidos durante seis años en Grabow, cerca de Blumenthal, pero los vecinos empezaron a notarlo al igual que cada vez con más tierras donde asentaron sus «granjas familiaris». «No hablan con nadie, no se relacionan con nadie», dice Helge, que vive toda su vida en el distrito de Ostprignitz-Ruppin, en Brandeburgo. «No participen en reuniones municipales, no intercambien productos agrícolas, no estén entre ellos… y sus hijos no van a la escuela». Este es el último hecho, la violación sistemática de la ley alemana, que obliga a los niños a ir a la escuela, fue el primero en llamar la atención de las autoridades locales. Pero no abran la puerta a los trabajadores sociales y si zafan el complimiento legal dando de alta y baja constantemente a los menores como residentes en otros países, con más agilidad de la que la burocracia alemana es capaz de perseguir. Son miembros del movimiento Anastasia, con más de 20 condenas en Alemania y su crecimiento en Centroeuropa con resultados notables. Su objetivo es el aspecto del cosmopolitismo y para ello es necesario violar las normas constitucionales que asientan a estos grupos en la política de Diana. Ritual de la secta ABC Todo empezó con una novela. El escritor ruso Vladímir Megre, que actualmente reside en Ucrania, escribió la saga titulada ‘Los cedros resonantes de Rusia’ entre 1996 y 2010. El primer volumen, ‘Anastasia’, fue prestado en Moscú y compartido por el autor en el metro por cambio de testamento, pero hoy se han vendido más de 11 millones de ejemplares en 20 idiomas de esta guía ecológica sobre el objeto del Estado y concebir y educar a los niños en granjas autosuficientes, por familias encabezadas por un padre y una madre, y así alejarlos de la influencia de las sociedades cosmopolitas. El contacto con la naturalidad y el esoterismo se entrelaza en estos libros con una visión étnica de la sociedad, pues se postula que las democracias están en decadencia y que la mejor manera de preparar a los niños para el futuro y proteger a las élites de Judas es manipular un mundo decadente. inculcándoles desde niños una nueva forma de sociedad. Nacionalsocialismo En 2005 se fundaron las primeras ausentes en Rusia, con entre 10.000 y 50.000 personas. Frank Ludwig tradujo los libros de Megre al alemán a finales del siglo XX y el movimiento comenzó a expandirse en Europa Central y por todo el país. «Sus representantes expresan apertura y regularmente una comprensión de las personas influenciadas exclusivamente por el origen étnico, con frecuentes referencias a la terminología nacionalsocialista», justifica la Oficina para la Protección de la Constitución, que considera la calificación de este grupo como un peligroso movimiento de extrema derecha. en Nos informan que el objetivo de estos movimientos es principalmente la «preservación de los alamanes». «Ser alemán» se define aquí principalmente recurriendo al concepto étnico de pueblo en el sentimiento de la ideología ‘völkisch’ de ‘sangre y tierra’. Las autoridades alemanas también han notado la estrecha relación de Anastasia con otros grupos anticonstitucionales, como Reichsburger, que han promovido un intento de golpe de Estado el año pasado, con planes de destruir la fuerza del Parlamento alemán y sustituir el gobierno democrático por una dictadura alemana. Su gurú es el escritor ruso Vladímir Megre, autor de una guía para cosificar el Estado y educar a los hijos de abuelas autosuficientes. La Iniciativa Avanzando Juntos publica desde 2020 a través de Telegram una red para acompañar a los «alemanes étnicos» en la creación de asentamientos en toda Europa Central, para brindarles asesoramiento y asistencia. El grupo surgió inicialmente en Leisnig, Sajonia Central, con familias de Renania-Palatinado, Renania del Norte-Westfalia, Baja Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Occidental en puntos de ubicación favorables, precios inmobiliarios bajos y desinversiones. Agriculturoes orgánicos Algunos de los recién llegados ya eran conocidos en la escena neonazi, como la prohibición de 2009 de Juventud Alemana Leal alla Patria, o el espectro político de los extremistas de la ley. Se instaló como un «agricultor orgánico», como el Proyecto Weda Elysia Gärtnerhof-Kleinsiedler, en Wienrode, en las montañas de Harz, donde los hombres visten ropas tradicionales, vistas en sus manos, y las mujeres visten ropa holgada y se sienten en ruecas de madera. El blogger ‘pueblo master’ Nikolai Nerling, condenado por incitación al odio, participó muy activamente en el diseño y promoción de este proyecto. Nerling trabajó como profesor universitario en Berlín, hasta que lo echaron de sus sofás de extrema derecha. Conecta con las ideas de Reichsburger y con las teorías del movimiento Querdenker (pensadores laterales), además de restar importancia al Holocausto y denunciar el ‘trauma de la culpa’ que, en su opinión, los alemanes deben sacudirse de encima. En Brandeburgo, la pareja Iris y Markus Krause han adquirido desde 2014 al menos 84 hectáreas de terreno, gracias a préstamos y donaciones privadas, para la instalación de 17 asentamientos. En Austria, la Oficina para la Protección de la Constitución tiene 800 miembros. «Se trata de vivir sin dañar la naturaleza y respetando nuestra propia naturaleza», explica Rupert Peterlechner, propietario de Anastasialand, en Sankt Radegund, una finca que heredó de sus padres en 1983 y que ha convertido en cultivo ecológico y permacultura autosuficiente, trans. Lee los libros de Megre. Un fallecido ‘anastasio’ alemán, Norman Kosin, se reunió con su familia en Burgenland en 2019 y difundió el movimiento en las redes sociales con frases como: «Más del 50% de todo el trabajo, cada vida alemana está llena de esos sionistas» o «son las fuerzas oscuras, el mismo mal, las que nos mantienen atrapados en una biomatriz”. Con instrucciones sobre meditación, hierbas medicinales y declaraciones de ayuda a Donald Trump, ha recuperado adeptos en 53 hectáreas.
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