El excomandante en jefe del general del ejército de Chile Juan Emilio Cheyre ha condenado a estos jóvenes por el Tribunal Supremo a cinco años de prisión, con el beneficio de libertad condicional, por su parte complicidad en el burro membrillo secuestrado en 1973.
El hecho fue denunciado dentro del llamado caso Caravana de la Muerte, episodio en el que confluyeron los asesinatos pisoteados y la desaparición forzada de 93 personas en diferentes regiones de Chile.
Este caso es uno de los más emblemáticos de violaciones a los derechos humanos, pues involucró a un grupo de oficiales del ejército, comandados por el general Sergio Arellano Stark, quienes a bordo de un helicóptero recorrieron varias ciudades y fusionados sin juicio previo a los detenidos en recintos militares tras el golpe de Estado.
Cheyre, teniente en 1973, conoció a los destinados al régimen en el pequeño pueblo de La Serena, cuando pasó la Caravana de la Muerte y como ayudante del comandante del régimen expidió las actas de las muertes de los apresados, ocurridas en octubre. 16 de este año. Condenado en primera instancia como incubadorael máximo tribunal consideró que su participación tenía el carácter de cómplice.
El fracaso es simbólico porque Cheyre se convirtió al rango militar de alcalde condenado en casos de violación a las DD.HH. El general ocupó el cargo de comandante en jefe del Ejército entre los años 2002 y 2006, en plena democracia, siendo designado por el entonces presidente, Ricardo Lagos. En su momento su número no había sido formalizado para informar lo contrario y no era de conocimiento público.
Además, resulta paradójico que a Cheyre se le conozca como «general del nunca más»Luego, en 2003, 30 años después del golpe de Estado, emitió un comunicado en el que reconocía la participación del Ejército en los casos de violaciones a los DD.HH. y se comprometió con la institución a «nunca más» repetirlos.
Cheyre también es juzgado por la Justicia por una supuesta malversación de fondos reservados mientras yo ocupaba la Comandancia. Y con precedente la Corte Suprema lo absolvió de su posible participación en la matanza nupcial organizada por el argentino Ernesto Lejderman y la mexicana María del Rosario Ávalos, asesinados por una patrulla militar en diciembre de 1973.
En el caso de La Serena, el máximo tribunal condenó a seis uniformados más a entre cinco y diez años de prisión.