Don Villa, el periodista anticorrupcin que nunca tuvo miedo

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Sus denuncias le costaron primero el exilio en Estados Unidos y Per, y la vida este 9 de agosto

«Que vengan los narcos. Ustedes son mi chaleco antibalas»: las premonitorias palabras de Don Villa@ecuadoraldia365
  • PyR Cmo Ecuador se ha convertido en el ms reciente epicentro del narcotrfico en Latinoamrica

Quienes ordenaron el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio saban que la nica forma de callarle era a balazo limpio. Periodista en constante lucha contra la corrupcin, ltigo contra los desmanes de la revolucin ciudadana de Rafael Correa y diputado a contracorriente a la cabeza de la Alianza Honestidad, Don Villa, como se llamaba a s mismo, jams dio un paso atrs.

No lo hizo frente al todopoderoso Correa, condenado a ocho aos de crcel por corrupcin y prfugo hoy de la justicia ecuatoriana, tanto que lleg a convertirse en su nmesis. Pero tampoco le tembl la voz contra los capos del narcotrfico, que han invadido Ecuador y han conducido al pas andino a la mayor ola de violencia conocida en sus ms de dos siglos de independencia.

Sus investigaciones le costaron el exilio en Estados Unidos y Per, incluso tuvo que esconderse durante 18 meses en el Amazonas, protegido por los indgenas. Cercano al presidente Guillermo Lasso durante esta legislatura, Villavicencio presidi la comisin del Parlamento que estudi el juicio poltico contra el presidente, una operacin para derribarle criticada abiertamente por el dirigente asesinado tras un mitin en Quito.

Horas antes de que los sicarios acabaran con su vida, el candidato habl sin tapujos frente a sus seguidores: «A m me han dicho que use chaleco, aqu estoy, camisa sudada, carajo! Ustedes son mi chaleco antibalas, yo los necesito. Ustedes son un pueblo valiente y yo soy valiente como ustedes. Ustedes son quines me cuidan. Vengan, aqu estoy, dijeron que me iban a quebrar! Aqu est Don Villa, que vengan los carpos del narco, que vengan los sicarios, que vengan los vacunadores (extorsionadores). Se acab el tiempo de la amenaza, aqu estoy yo! Podrn doblarme, pero nunca van a quebrarme«.

Las palabras premonitorias de Villavicencio representan a la perfeccin a esta personalidad poltica de verbo incendiario, nacido hace 59 aos muy cerca del volcn del Chimborazo, el punto de la tierra ms cercano al Sol. En una tierra de pocas palabras, casi siempre suaves, Villavicencio destac por todo lo contrario. Que se lo digan a los directivos de la estatal PetroEcuador, hartos de ese dirigente sindical que apretaba y apretaba con sus demandas y que era capaz de abarrotar asambleas a golpe de discursos.

Eran tiempos en los cuales Villavicencio militaba en la izquierda, muy cercano incluso al movimiento indgena Pachakutik, que fue abandonando con los aos hasta situarse entre el centro y el centroderecha. No obstante, en las elecciones parlamentarias de hace dos aos cont con el apoyo del Partido Socialista.

Ya convertido en periodista sin pelos en la lengua, Villavicencio percuti una y otra vez contra Correa. En su primer libro, ‘El discreto encanto de la revolucin ciudadana’, el tambin activista realiz sus primeras denuncias en contra de los negocios energticos de los recin llegados al poder. De esa forma comenzaba una cruzada que sirvi para desvelar las corruptelas de Correa y los suyos. Sin Villavicencio no se hubiera llegado a la histrica sentencia del Caso Sobornos contra el exmandatario.

«La supuesta revolucin tom el poder del Estado y convirti la Casa Presidencial en una cueva de ladrones. Rafael Correa convirti el Estado en una estructura criminal», resumi Villavicencio tras la sentencia contra su gran enemigo poltico. Quienes perseguan pasaron a ser perseguidos por la Justicia gracias a periodistas independientes, encabezados por Villavicencio y jueces valientes.

El ao pasado, el candidato denunci un atentado fallido en la puerta de su domicilio: «Es una respuesta brbara frente a mis revelaciones sobre los vnculos del crimen organizado y carteles narcos con el corresmo. Cuando la poltica se contamina con el narcotrfico, la sociedad sucumbe ante el terror«.

Una fecha marc un antes y un despus en la vida de Villavicencio: 30 de septiembre de 2010. Aquel da, el oficialismo aprovech un supuesto golpe de Estado para radicalizar la deriva autoritaria de Correa. Villavicencio y otros compaeros se atrevieron a denunciar las inconsistencias en el relato oficial, lo que provoc su persecucin y descrdito.

Villavicencio nunca se arredr y pese al hostigamiento constante continu fundando medios de investigacin y desenredando las tramas del poder, incluido los sobornos de la constructora brasilea Odebrecht.

«Mataron a mi amigo», se lament Christian Zurita, otro de los grandes investigadores del Ecuador y compaero de viaje periodstica de Villavicencio durante una de sus etapas. El periodista asesinado era el abanderado del Movimiento Gente Buena, creado por l mismo, y contaba con el respaldo del centrista Construye.

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