Jacinto Villalba prefiere los dólares a los rublos a la hora de cobrar por la sopa de mariscos, conocida como la fosforera, que prepara en su chiringuito de bahía de Pampatar, Margarita, desde hace más de 30 años. Y se mantiene firme por mucho que el gobierno de Nicolás Maduro le imponga el nuevo sistema de pagos y los turistas rusos quieran usar su tarjeta MIR en la isla caribeña.
Y es que Jacinto, con sus 60 años a cuestas, no se imagina estar viviendo detrás de la cortina de hierro ni en medio de una guerra fría, comentó a Clarín, cuando ve pasar a un ruidoso grupo de rusos con botellas de vodka en la mano a la playa bajo un calor de 35 grados.
“Los turistas rusos no van a los restaurantes ni comen empanadas de tazón ni platos locales y es muy poco lo que aportan para el turismo margariteño”, dice con decepción al descartarlos de su clientela habitual.
El chiringuito de Jacinto se mantiene con la olla de 20 litros de sopa de la fosforera que cocina al día, la que ofrece a razón de 5 dólares por litro de la mezcla de mariscos. Su ingreso diario de 200 dólares se ha visto mermado por la nueva ola de recesión que recorre Venezuela como un tenebroso oscuro tornado en el horizonte.
La burbuja artificial chavista murió y entró de nuevo en recesión. Estalló en su primer aniversario. Duró poco menos del año 2022 a pesar del eslogan de Nicolás Maduro de que el país se arregló. No se arregló nada sino que empeoró, dicen los economistas.
La economía nacional cayó 7 puntos en el primer semestre de 2023, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, que se ha convertido en una referencia independiente ante la falta de datos frecuentes de organismos oficiales, como el Banco Central de Venezuela.
Ese desplome de la actividad económica se ha traducido en precariedad en el consumo y la calidad de vida del venezolano promedio, advierte el economista Luis Crespo.
Son mayores niveles de pobreza para los venezolanos en un contexto muy difícil de carestía y colapsos de servicios públicos. Atrás quedó la consigna de que «Venezuela se arregló», comenta el profesor de la Universidad Central a la Voz de América.
Inflación de 404% anual y desplome del PBI
En los 10 años que lleva Maduro en el poder la economía registra una caída de 75% (2013-2021) según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL).
Solo en 2022, año de la burbuja, se registró un incremento de 6%, pero volvió a caer ahora a menos de 7 puntos del PBI. El mismo mandatario lo reconoció: “No, no se ha arreglado. Está mejorando, Venezuela va a mejorar, crecer”, prometió hace un año. Pero como todas sus promesas, el resultado fue todo lo contrario.
No hay manera de que el régimen autócrata chavista oculte su fracaso económico con un dedo o escondiendo las cifras. El Banco Central, por ejemplo, ha indicado que la inflación entre enero y junio fue de 108,4 puntos porcentuales y la acumulada en el último año fue de 404,4%, entre las más altas del mundo.
Los ingresos de los trabajadores están por el suelo, lo que empuja a los venezolanos a emigrar pese a los riesgos y peligros de la trata de personas que se enfrentan en el camino.
El salario mínimo es de menos de 5 dólares mensuales en Venezuela. Los técnicos y personal profesional no pasa de ganar unos 200 dólares mensuales. Tampoco cuando mucho.
El éxodo supera ya los 7,3 millones de personas, el mayor de América Latina, de forma indetenible por la crisis crónica.
No al rublo ni tarjetas rusas
Los economistas señalan que el 50% de las operaciones comerciales en el país se realizan y cotizan en dólares y no en euros, y mucho menos en rublos. Los comercios ven con recelos la presencia del rublo en Margarita. Tampoco ven con simpatía la tarjeta rusa MIR.
Desde 2021 hasta mayo de 2023 han llegado unos 24.600 turistas rusos a la isla. Semanalmente llega un charter de 400 pasajeros que son alojados en varios hoteles contratados de Margarita con todo el servicio de catering y servicios incluido, por lo que muy pocos salen del circuito acordado. Solo a las playas caribeñas.
El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Calixto Ortega, en declaraciones a Sputnik, dijo que Venezuela avanza en los procedimientos para conectarse al sistema de mensajería interbancaria de Rusia y así poder aplicar tarjetas Mir, el equivalente ruso a Visa y MasterCard.
El mecanismo va «a permitir una comunicación fluida para facilitar las transacciones de importación y exportación en nuestras monedas, en bolívar y en rublos». Sigue a la espera.
«En este momento casi 40 mil terminales de pago ya están actualizados para que las tarjetas Mir funcionen en Venezuela en la zona turística y el objetivo es que cerca de 30% de los puntos, de los terminales de pago, puedan recibir las tarjetas emitidas en los bancos rusos, que están denominados en rublo, para ser pago en Venezuela en moneda local», informó Ortega.
Por ahora el sistema de pago con tarjeta en divisas es en bolívares convertibles a la tasa diaria que fija el Banco Central para el dólar estadounidense y el euro solamente.
En el anuncio no aparece la moneda rusa por ahora. En los comercios se puede pagar con tarjetas de débito o crédito en divisas y en la factura se añade el 3% del impuesto como recargo bancario.
Jacinto Villalba no ha visto un rublo en sus manos todavía ni le gustaría recibirlo. Lo de él son dólares de Estados Unidos. “Si un ruso viene a mi chiringuito le pido que pague en dólares en efectivo por mucha propaganda oficial chavista que nos metan por la radio”.
Caracas, especial
CB