Una comisaría incendiada, policías heridos y varios detenidos en una nueva protesta por el crimen, a penas, de tres nenas

Una comisaría incendiada, policías heridos y varios detenidos en una nueva protesta por el crimen, a penas, de tres nenas

El centro de la ciudad de Sunderland fue un escenario de «desorden, violencia y daños» que dejaron, al menos, tres policías pregonados y los manifestantes detenidos, informó la policía británica, en las desatadas manifestaciones tras el asesinato, a puñaladas, de tres nenas.

En Keel Square se citó a muchas personas, algunas de ellas en bandas inglesas, mientras los coreanos daban su nombre a Tommy Robinson, fundador de la Liga de Defensa Inglesa, y proferían insultos contra el Islam.

Debido a que las autoridades intentaron disuadir a los manifestantes, varios de ellos con sus queridas cubiertas, la violencia se intensificó: prendieron fuego a un comité y dos autos. Al mismo tiempo, otros se sumaron a una mezquita con distintos objetos.

La suma sacerdotisa del noreste, Kim McGuinness, dijo a los medios que estaban «horrorizadas» por los escenarios de Sunderland.

Los medios locales informan que dos altos oficiales permanecen en el hospital y que algunas personas han sido arrestadas.

Un coche fue incendiado durante disturbios en la ciudad inglesa de Sunderland

En Londres, la Policía Metropolitana indicó que había «incrementado» sus fuerzas «para tranquilizar» a la población de la capital, donde se espera una marcha pro palestina y una concentración antiinmigración.

La policía de Merseyside, confinada a la que encontró en Southport -donde se descubrió que 50 agentes eran herederos de los enfrentamientos del martes-, también dijo que estaba preparada para hacer frente a los nuevos altercados y desplegarse con mayor eficacia en el centro de Liverpool.

Entre profesores y trescientas personas simpatizantes de la ultraderechista y antiislámica Liga de Defensa Inglesa (EDL), según la policía, participaron en los enfrentamientos, marcados en un contexto de rumores y especulaciones difundidas en Internet sobre la religión, la identidad o el origen de el atacante.

Diferentes fuerzas políticas impidieron manifestaciones en los próximos días en varias ciudades, entre ellas Nottingham (centro de Inglaterra), Rotherham (norte de Inglaterra), Cardiff (Gales) o Belfast (Irlanda del Norte).

Las reuniones de Southport, cuyo objetivo era una mezquita fue tomada, recurrieron a los responsables de los lugares de culto musulmanes para reforzar su seguridad.

El primer ministro británico, Keir Starmer, expresó su firmeza a los jugadores y apoyó la política en medio del creciente número de concentraciones violentas, «claramente» alimentadas por el «odio a la extrema derecha».

Por su parte, la ministra del Interior, Yvette Cooper, aseguró que los responsables de los disturbios «pagarán el precio de su violencia y vandalismo», y que el Gobierno ha dado a la policía «las mayores acciones posibles» para controlarlos.